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Viernes, 08 de Abril de 2011 13:23

TRAVIATTA Y EL MAR

por 
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Cada día que pasa, me despierto bajo las olas del mar. Mis pies caminan entre
piedras volcánicas, gas, arena de fuego y azufre, enfriados en la distancia, la
paciencia y el viento que siguió al Suceso.

El que puso el cielo en la tierra, y las aguas en el cielo. Y me dejó durmiendo,
ausente del nacimiento de la Nueva Era, con alguna bocina sonando, melodía del
fin del mundo, ausencia de compañeros, ausencia de compañeras, de viaje nuevo,
hoy despierto.

Las olas ondean, el viento, me cuenta que puedo encontrar a alguien con quien
disfrutar los reflejos de un Sol que ya no tiene a quién alimentar, de una Luna
ausente, eclipsada por el agua y el hielo.

Mi nombre es Traviatta.

Nací en algún lugar de la ciudad de Germont. en algún momento de la Séptima
República, en la que gobernaba el Señor Dottore Grenvil. Fue, sin duda, el
Mandattore con el mejor Gabinete Científico de todos los tiempos.

Luces de cambio llegaron años antes, cuando al que llamamos Padre, padre de La
Revolución Germonti, el Gran Mandattore Lucasz Rudy, genio de visión, visiones,
locura y don de lenguas, carisma, llegó para cambiar el Sol.

Fue él quien ofreció a los germontis una alternativa al sistema que existía, de
promesas incumplidas y arcas vacías, de un estado de corrupción hiriente y
decadente, imposible, cuando la situación se hacía insostenible, cuando la
revolución y la violencia devoraban el horizonte, poesía diaria de fuego, gritos y
sangre en plena eclosión. Apareció su figura, himno del cambio, Mesías, vida.

Cuentan que, ayer, existieron gobiernos basados en promesas políticas, sociales,
jurídicas. Pero la bestia hambrienta de la tecnología, murmullo ensordecedor,
acabaría desluciendo cualquier ayer, cualquier otro mundo, cualquier viento
antiguo.

Lucasz Rudy fue el padre del cambio, el padre de lo que nos llevó al Suceso,
aunque eso sería muchos años después. Fue él el precursor del Gobierno
Científico, sistema que conquistó a Germont de una forma históricamente
unánime y entusiasta, sin ministros de visión tradicional, sino un Gabinete
Tecnológico, formado por físicos de todos los tipos, matemáticos de todas las
ramas, ingenieros de todas las especialidades, químicos de todas las clases. Los
más destacados hombres y mujeres de los que la ciencia disponía, eran
orquestados por Rudy.

Él hizo que la tecnología avanzase de forma frenética, incluso para el frenetismo
que existía, convirtiendo la metrópoli en un núcleo gobernado por autómatas,
máquinas, al servicio del hombre. Su gran aportación al mundo fue la Gran
Cúpula, destinada a salvarnos.

Solucionó la debilidad de la atmósfera, ya con mermadas capacidades para
protegernos del Sol. Almacenaba el calor, la lluvia y la nieve, para abastecer
Germont de electricidad y agua, y expulsaba los gases tóxicos de las máquinas,
que quisieron llamar Douphol, con un proceso similar a la ósmosis, generando
aire para las personas.

Estaba hecha de geodreno luminaris, material desarrollado por la doctora Flora
Berboixo, a partir de diversos elementos nacidos en Germont y en las estrellas.

Gracias a la Gran Cúpula, la electricidad pasó a ser un bien al que todos los
germontis podían acceder, así como las comunicaciones, en las que se utilizaba la
Gran Cúpula como espejo para el viaje de las ondas híbridas.

Gracias a las máquinas y a las grandes cadenas de montaje, el precio de las
viviendas se convirtió en razonable, y prácticamente cualquier persona podía
acceder a un trabajo, siendo el de gestor de sistemas automatizados el más
común, más necesario, y más accesible.

La gente disfrutaba de su estado de bienestar tecnológico, generando
necesidades nuevas día a día, más máquinas, más Douphol, más bienestar.

En el séptimo Gobierno Científico de la Séptima República, fue cuando nací yo, y
mis hermanos, y mis hermanas.

Nuestro núcleo era de hidrógeno, nuestra carcasa de anninna, un metal
indestructible y flexible resultado de cientos de aleaciones, y nuestra piel
sintética, y difícil de distinguir de la humana. Nuestros procesadores eran los
bautizados Traviatta 9000, en honor a nuestra creadora, Traviatta Non Trovatti,
resultado de cientos de años de evolución tecnológica, que nos capacitaron para
disponer de una inteligencia artificial nunca imaginada. Fuimos nosotros los que
desarrollamos la Traviatta Nabucco, la Traviatta Spor y la Traviatta Otello,
hermanas y hermanos que convivirían con nosotros.

Pero el padre no dejó que el hijo le superase, y los Traviatta 9000 siempre
quisimos ser los únicos con capacidad para sentir. Gracias, madre Traviatta.

Por aquel entonces se abordaba el grandioso problema del cambio de la Gran
Cúpula, que empezaba a funcionar de forma defectuosa, habiendo generado ya
varias muertes por escapes de Douphol. Pero el Sol era demasiado poderoso
como para poder quitarla, así que se decidió implantar otra, de menor diámetro,
para dejar que la antigua se extinguiese sola.

Fue entonces cuando nació el desencadenante del Suceso. La Gran Cúpula había
sido un descubrimiento casi casual, que funcionaba de forma excepcional,
aunque sus principios no fuesen entendidos en su totalidad. Cuando las dos
cúpulas estuvieron alineadas, la ósmosis que nos había dado vida y quitado
muerte, pasó a un estado de descontrol, almacenando en el espacio entre las dos
cúpulas, que el Gabinete Tecnológico llamó Condensare, Douphol y agua.

Nunca se podría haber averiguado el nivel de Douphol que se alcanzó en el
Condensare, pero algunos dicen que el cielo respiró puro y tranquilo al fin.

La carga del Condensare duró 7 días.

El séptimo día, a las 23:23, mientras todos miraban el cielo, se pudo escuchar un
estruendo de un millón de truenos, y el Douphol y la oscuridad que almacenaba
el Condensare cayeron en Germont con la fuerza y la rapidez un millón de rayos.

En el Condensare quedó el agua, sólido gas, bailando de forma etérea, siendo olas
sin mar.

En la tierra, quedaron las nubes y la noche.

Mi nombre es Traviatta. Camino entre piedras volcánicas, gas, arena de fuego y
azufre, enfriados en la distancia, la paciencia y el viento, hoy despierto.

La vida no existe aquí.

Sólo quedamos Traviatta.

Ultima modificacion el Domingo, 29 de Julio de 2012 18:22

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