Error
  • JUser::_load: Unable to load user with id: 69
Martes, 12 de Julio de 2011 10:24

Meteorito

por 
Vota este articulo
(0 votos)

Una tarde lluviosa paseaba Jacobo a las afueras de la ciudad pensando en sus problemas, había tenido una pequeña discusión con su mujer, una tontería, su mujer quería invitar a cenar a unos amigos, a Jacob como no le apetecía le dijo que no había contado con él. El caso es que Esperanza se quedó preparando la cena y Jacobo fue a desfogarse, pues él decía: los hombres nunca sabemos lo que piensa una mujer.

Iba caminando bajo la lluvia, cuando una ráfaga de aire le voló el paraguas, salió corriendo detrás, cuando vio que una luz muy potente iluminaba todo. Tardó unos segundos en comprobar lo que realmente era, un meteorito que se acercaba rápidamente hacia donde estaba. Se estaba acercando tan deprisa, que en pocos segundos estaba allí. Se iba desintegrando, según se acercaba y lo poco que quedaba chocó contra el suelo a pocos metros de Jacobo con tan mala suerte que un pedazo muy pequeño saltó a su frente, le quemaba, decidió ir a casa a contárselo a Esperanza y que le curara la herida.

Cuando llegaron sus amigos se lo tuvieron que decir, pues la herida se veía, muy fea.

En esa cena fue cuando Jacobo se dio cuenta de lo que le estaba ocurriendo, podía oír lo que estaban pensando. Ezequiel estaba muy preocupado, y solo  pensaba en como podía ayudarle, su mujer Soledad era mas superficial, muy buena mujer, pero pensaba en la cicatriz que le iba a quedar de por vida en medio de la frente. A su mujer, se le venían muchos pensamientos a la cabeza,¿le dolerá la cabeza?,¿tendrá dentro de unas horas perdida de memoria?, cuándo nos pregunten ¿que diremos? La verdad es que estaba muy nerviosa. Esa noche se tomó una aspirina y se fue a dormir.

A la mañana siguiente se levantó y se fue directamente al espejo pensando que todo había sido un sueño pero el espejo le trajo a la realidad.

Decidió salir a tomarse el café en un bar, con el aire fresco se espabilaría y pensaría con claridad.

Ya en el bar, pudo comprobar como seguía oyendo los pensamientos del camarero, y de todos los clientes pero cual fue su sorpresa que llegaron tres japoneses no entendía el japonés, pero sus pensamientos si, así se entero de que iban a invertir en un proyecto científico.

Jacobo se quedo muy extrañado con lo que había comprobado, salio y compró un periódico, empezó a leer a toda velocidad, sin darse cuenta la publicación se la había leído en menos de diez minutos  todo sin dejarse ni el horóscopo.

No mencionaban nada del “meteorito”, cuando llego a casa Esperanza preguntó:

-¿Qué tal estas?

Y su marido le contesto muy indignado:

-No se han enterado, no lo han publicado.

Se puso la radio, había un debate abierto sobre fenómenos de la naturaleza y del mas allá. Algunos científicos decían que los fenómenos eran culpa nuestra, otro decía que no, el locutor invitaba a los oyentes a llamar y preguntar sus dudas o dar su opinión. El caso es que Jacobo llamó, y le pasaron a antena, preguntó que porque había chocado un “meteorito” a las afueras de Madrid y nadie había dicho nada.

El locutor se quedó perplejo pues no sabía nada, los científicos parecían extrañados y le preguntaron como se había enterado, él dijo que lo había visto caer. El locutor cerró el micrófono y le dijo que fuera a la radio, o mejor aun, que le diera su dirección y un coche le pasaría a buscar. Jacobo accedió, ya que quería hablar con los científicos de su problema, pero no sabía como enfocarlo, lo mismo le tomaban por loco.

Su mujer le acompañó a la radio, quería darle a su marido todo su apoyo.

Ya en los estudios, y antes de salir en antena, los científicos le acosaron con un montón de preguntas, también había ido un astrónomo, pero lo que Jacobo quería saber es que iba a ser de su vida, si esto que le pasaba solo era un efecto pasajero y en unos días se le pasaría. Hablaron todos pero ninguno tenía respuestas, claro que eran un poco escépticos para con la historia de Jacobo, así pues se lo tuvo que demostrar uno a uno, diciéndoles lo que pensaban en ese momento. Se habían quedado anonadados el primero el locutor.

Ya en casa se echó un poco. Habría pasado una hora cuando le despertó el timbre, Esperanza abrió la puerta, Jacobo se levantó para preguntar quien era, eran dos hombres muy trajeados que venían de la NASA, Esperanza preparó un café y se sentaron para decirle que se lo querían llevar y estudiar con él. Como la fuerza de esa pequeña piedra le había dado tanto poder.

Lo primero en que Jacobo pensó es en su trabajo, lo tendría que dejar y el de su mujer, pues ella iba donde fuera él. Pero lo peor de todo que se iba a sentir como una rata de laboratorio.

Los dos hombres le dijeron que no tuviera ningún problema en dejar los trabajos con lo que iba a recibir de la NASA podían vivir toda la vida sin trabajar. Accedieron a ir.

Allí les trataron muy bien, y no les faltaba de nada, y después de muchas pruebas, un día le comunicaron que querían que viajara al espacio, pues iban a ir a Marte y si encontraban algún “marciano” tal vez podían comunicarse por la mente. Jacobo dijo que sí pero con una condición, que fuera en la nave con Pedro Duque, el único astronauta español. Por supuesto no se podían negar, le prepararon a conciencia y un día partió la nave, no paso nada pues no vieron ningún ser para preguntarle alguna cosa. Pero Jacobo sigue preparándose, por si acaso, y se acuerda del día que dijo que los hombres nunca saben lo que piensan las mujeres.    

Ultima modificacion el Domingo, 29 de Julio de 2012 18:34

Mas en esta categoria: « Mento2 Los tres robots »
Login to post comments

Patrocinadores

 

Fotografía ganadora sphera 2012

 

Galería

Flickr + Highslide encountered an error

Error: SSL is required